domingo, 28 de noviembre de 2010

UNA MADRE CAPAZ DE CONVERTIR UNA QUEJA EN UNA SONRISA


Una gran madre, esposa, abuela y amiga. Todas estas características definen a Paquíta Jodar.

Guapa, con una piel aterciopelada y unos ojos verdosos que atraen la mirada de cualquiera.

Siempre ha trabajado duro, tanto en la sastrería como dentro de la casa y en la educación de sus hijos.

Nunca ha habido una palabra de queja en su camino, su lucha y dedicación le ha permitido crear un entorno familial envidiable.

Unos hijos y unos nietos, Sandra, Jose Antonío y Alberto de los que se siente orgullosos y que son la alegría de la casa cuando la visitan y le cuentan con gracia mil y un aventura.

Su marido, mi padre, José Antonio, también es un ejemplo de apoyo y dedicación, por mucho que hubiera pedido a la vida que me dieran unos padres buenos, nunca hubieran podido ser mejores que los que tengo.

Es cierto que la vida no ha sido fácil para nadie y menos lo ha sido para mí madre, una enfermedad le ha retrasado parte de su actividad física pero en los momentos que está fuerte para hacer cosas, es temible y supera en acción a cualquier ama de casa que se precie.

En la cocina es la mejor, quien no conoce sus tocinos de cielos, cientos y cientos ha preparado para regalar a amigos y familiares.

Y que decir tiene de sus bizcochos, suaves y con un sabor a gloría.

Hoy es su 67 cumpleaños y queremos celebrarlo todos juntos y decirle una vez más que nos sentimos orgullos y agradecidos de que nos haya dado la vida y formado en valores para ser capaces de encontrar nuestro destino y no parar en búsqueda.

Ante una queja, pongamos una sonrisa, porque cuando Paquita no puede andar, lejos de quejarse se lo toma con sentido del humor y espera paciente a que le lleguen las fuerzas.

Así, esta madre es un ejemplo de muchas virtudes y hoy mejor que ayer para decirle lo mucho que la queremos y lo orgullosos que nos sentimos de ella todos los que la conocemos.

Te queremos

Un beso